domingo, 11 de julio de 2010

Amores de domingo.


Es domingo temprano y el silencio abarca todo. Comienza a garuar y apresuradamente, entramos la ropa tendida y a los gatitos, que corrían en el jardín. Las gotas invasoras que refrescan el verde y las flores, se adueñan de todo.

Luces celestes truenan asustando a Pretty, la gata más vieja, que va a albergarse al rincón que elige cuando hay tormenta. Ahora, decrece el torrente, sólo se escucha la lluvia pareja, continua, de esas que no paran.

Corchito, el más pequeño, se sube a la falda de Mariana, esperando recibir parte de su desayuno. Todos ya comieron, antes que nosotros, pero siempre voraces, están atentos por si cae una miga al suelo o si nos da gana de compartir la comida.

Escuchamos algunas melodías que nos transportan a otros tiempos, olvidamos lluvia y gatos y nos miramos. Nos miramos...